El 59º Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María cerró una edición récord (*) que quedará grabada en la memoria como un hito previo a sus bodas de diamante. Diversos factores se combinaron para garantizar el éxito de esta edición, destacándose decisiones estratégicas como la venta anticipada de entradas en un contexto de mayor previsibilidad económica, planes de pago en cuotas (que marcaron un récord este año), y un “cambio de humor” en la sociedad. Además, el clima acompañó sin interrupciones y una programación que integró bandas cuarteteras con artistas tradicionales atrajo a un público diverso y sobre todo joven.
La propuesta también se expandió fuera del anfiteatro gracias al trabajo conjunto con la Municipalidad de Jesús María. Espacios como el Escenario Callejero brillaron con la participación de figuras destacadas del cancionero popular, mientras que el Espacio Doña Pipa, al otro lado del río, continuó su crecimiento con propuestas gastronómicas y espectáculos de primer nivel. Además, ambos espacios contaron con la presencia de los principales destinos turísticos de Córdoba, que promovieron su oferta en alojamiento y entretenimiento.
Para conocer más sobre este éxito arrollador del norte cordobés, dialogamos con los principales responsables:
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Un éxito rotundo El impacto fue tan notable que, en la quinta noche, la Comisión del Festival anunció que los costos del evento ya estaban cubiertos, tras superar las 140 mil entradas vendidas. Desde ese momento, solo quedaba disfrutar de la fiesta y esperar lo que venía.
Hacia los 60 años
El próximo año, el festival celebrará su 60º aniversario y ya se están planificando innovaciones. Aunque sin muchos detalles, el presidente de la Comisión, Juán López, adelantó cambios en el proceso de selección de nuevos valores que subirán al escenario Martín Fierro. Además, se prevén noches especiales con artistas destacados y espectáculos de campo que prometen sorprender.
Un festival solidario y en crecimiento
Jesús María no solo se destaca por su impacto cultural y económico, sino también por su compromiso solidario. Este año se sumaron dos escuelas más a la organización, alcanzando un total de 22 cooperadoras. La mitad de las utilidades se distribuyen entre estas instituciones educativas, lo que les permite financiar obras de infraestructura y mejoras a lo largo del año.
Con una edición impresionante y la promesa de un 2026 inolvidable, el Festival de Jesús María reafirma su lugar como un evento imprescindible en la agenda festivalera del país.
(*) Se cortaron más 206 mil tickets durante la edición 59