Ingresar en la bohemia de Barrio Güemes es entrar en un mundo de colores, donde la creatividad no tiene límites, cuando creíste que conocías todo, volverás a sorprenderte con otra exótica propuesta. Es que desde los comienzos creció con el ingenio de los inmigrantes que llegaron de tierras lejanas con el sueño de progresar. Instalaron negocios, combinaron gastronomía europea con la criolla adaptándose a la pobreza, además supieron divertirse en bodegones bailando al ritmo del 2×4, serenateando hasta el amanecer o hasta que algún fantasma de La Cañada los corriera.
Será que el siglo XXI mantiene intactos aquellos duendes del pasado y que la nostalgia de los herederos, empeñados en que la luz de Güemes no se apague jamás, hizo que este tradicional barrio sea donde se vive la bohemia?
Para desandarlo, comience desde las calles Belgrano y Montevideo, dos cuadras de antigüedades, luego, el Museo Iberoamericano de Artesanías, los pintorescos balcones que tentarán a hacer un alto en el camino para degustar desde un café hasta un Fernet con coca. La esquina de Achaval Rodríguez es el corazón del barrio, allí el Paseo de las Artes es la vedette: 100 puestos de artesanías ofrecen sus productos, mientras del otro lado la música desborda más allá de la vereda.
Para completar el periplo bohemio, déjese acariciar por las tipas recostadas sobre La Cañada que, convertida en peatonal, será el marco de un recuerdo imborrable de su paso por Córdoba.
