Atravesando el océano llegó a Córdoba a comienzos del siglo XX un rollo que contenía el diseño de la casa mas emblemática de “los Altos del Sur”. Por su estilo lujoso, la gente que la habitó, personalidades ilustres que la visitaron, anécdotas, y fantasmas “el Palacio Martin Ferreira”, cúspide de la aristocrática Avenida Hipólito Irigoyen, constituye el fiel testimonio de la Belle Epoque cordobesa.
Las posibilidades económicas le hubieran permitido levantar la Casa Grande en los lugares mas cotizados del mundo, pero el amor a su tierra hizo que el propietario apostara fuerte en la Docta, así el Dr. Martín Ferreyra inspirado en un catálogo francés eligió para su morada el modelo del palacio de Kessler. Ernest Paul Sanson, uno de los arquitectos mas preciados de comienzos del siglo XX dirigió la obra desde Francia y el ingeniero Luis Agote la construcción hasta terminarla en el año 1916.
La combinación de estilos Luis XIV, y Luis XVI se funden entre el exterior, interior y mobiliario dando como resultado ese aire señorial. Mas de cinco mil metros cuadrados cubiertos distribuidos en cuatro niveles, cuatro armónicas fachadas, 35 dormitorios, 19 baños, 424 metros lineales de reja artística perimetral, un jardín diseñado por el arquitecto paisajista Charles Thays, sala de esgrima, gimnasio, billar y jardín de invierno son parte del interminable listado de comodidades que esta mansión ofrecía a la familia integrada por el reconocido cirujano, María de las Mercedes Navarro Ocampo y sus siete hijos: Martín, Horacio, María Isabel, Estalisnao, Ramón, Jorge Enrique y Rosa Malvina.
Dos años después de la inauguración, una congestión pulmonar terminó con la vida del dueño de casa, pero varias generaciones de su descendencia la habitaron y la disfrutaron en la cotidianeidad, veladas con honorables huéspedes o en fastuosas fiestas familiares hasta que, tras haber sido ocupada por oficinas de la cantera Malagueño, el gobierno de la Provincia de Córdoba decide comprarla, restaurarla y ponerla en valor para instalar el museo de Bellas Artes mas vanguardista de todos los tiempos. Con esta determinación se pone fin a un sinnúmero de conjeturas acerca de su destino: ni hotel; ni shopping; ni derrumbe. Por siempre: “Su Majestad, el Palacio Ferreyra” un Museo para todos.
El relato del dueño pico prolijo y pico histórico.La familia Ferreyra es antiquísima en Cordiba y también están relacionados con Villa del Rosario.Son ilustres de la epica Colonial.No responde al relato real.
Buenas tardes,Mí Abuela Marterna fue dueña del palacio Ferreyra, no me acuerdo cómo se llamaba, mí madre se llamaba Blanca Zulema Soaje, Ella me contó qué su madre cuando era joven era de familia adinerada,el apellido Ferreyra en su época era unos de los de más reputación, ella no sabía ni leer ni escribir, se cáso nunca supe el nombre de mí abuelo, era jugador, mí abuela tenía muchos campos terrenos y mansiones una de esas el Palacio Ferreyra, el le hizo firmar muchos documentos, ella como no saber leer confiaba en él,uno a uno perdió todo en apuestas de juego lo último en perder es el Palacio Ferreyra, quedaron en la pobreza total, mí abuela termino sus años en un convento de monjas
Que interesante lo que contas. Seria muy importante para la historia saber bien los detalles y si pudieras averiguar,indagar quien fue tu abuela materna.Que raro que no sabia ni leer ,ni escribir y que era duena unica de el Palacio.
Señor acaba de inventar una fantástica historia!
Hola Roberto, tengo apellido Soaje y me han contado la misma historia.
Señora acaba de fabular otra fantástica historia!
Alguien tendrá más información de la historia? Mi abuela materna es hija de un Ferreyra con una “mucama” de ellos. La dieron en adopción porque no era bien visto para la familia. Aún así siempre tuvo contacto con su madre biológica pero X Ferreyra se borro
Gracias Agustina por contactarte, aquí el contacto del Museo Teléfono: 0351 434-3636
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