Otoño, 1934. El cielo del tradicional Barrio Güemes se oscureció por completo para los sueños de una jovencita tras el sincero aviso de una amiga.
El hombre de su vida, el príncipe azul mantenía una relación oculta con otra mujer: “su legítima esposa”. La moral y principios de Ramonita no soportarían la trampa, ni se le cruzaba por la cabeza convertirse en amante, por lo que resolvió buscar ayuda, partir hacia otros rumbos con su encono a cuestas y así no pecar de perfidia.
Como comprendiendo y aceptando la decisión, el vil amante le propuso una despedida; la cita… en el lugar de siempre Obispo Salguero casi esquina Bv. San Juan; a la hora señalada ella ingresa luciendo flamantes zapatos nuevos, con el dolor de la despedida encima pero altiva y decidida a olvidar ese tramo de su vida y dar comienzo a otro en una ciudad inmensa y desconocida que la cobijaría gracias a la recomendación de la patrona del taller de costura quien, generosamente y a pesar de perder una empleada no vaciló en colaborar por el buen nombre de la joven.
Aquel día de la cita fue el fatídico final: una tina repleta de agua y mucho rencor dieron fin a la vida de la joven y nacimiento a uno de los mitos más conocidos de la Ciudad de Córdoba: el caso Ramonita Moreno.
Veinticinco años tras las rejas fue el precio que pagó Telésforo Garcia, por el egoísmo de creer que si no era de él no sería de nadie. Nunca se imaginó que por esa alevosía Ramonita sería “de todos”, todos los que creyeron en ella.
Cual Reyes Magos siguiendo la estrella, tres niños guiados por el brillo de aquellos flamantes zapatos nuevos descubrieron el cuerpo de Ramonita en una barranca de la calle Brasil.
En ese mismo lugar se levantó una gruta que rápidamente se transformó en depositaria de generosas limosnas, pedidos y agradecimientos por milagros concedidos, a partir de la aparición de un escrito que decía: “Gracias finadita por el favor recibido”.
Esta veneración creció tanto, que sus deudos (Padre y dos hermanos) debieron organizar el culto: recoger las ofrendas, controlar las velas encendidas y contabilizar el dinero quien sabe para quien, ya que las malas lenguas aseguraron que la familia se sostenía gracias a la finada.
Hoy, casi en el olvido sigue el misterio: Mito o milagro?, Santa o simple especulación familiar?, Quien dejó aquel papel con el primer agradecimiento?.
Investigación: Kuki Peralta
Fuente: Reportaje del Sr. Pepe Degani a María Irene Moreno, sobrina de la Ramonita.
Fotografías: Destino Córdoba en Cementerio San Vicente
Hola:
Hace como diez años, compre una vivienda en la calle Perú N°957. Con el tiempo una vecina del lugar me comento que por su padre sabía que en donde estoy había, donde se le colocaban velas, y coincide con que hay un desnivel, que seria el barranco donde los chicos hallaron el cadáver de Ramonita.
Saludos
Gracias por el dato DA muy valioso para la nota. Saludos cordiales.
Hola! Estoy haciendo una investigación sobre los santos populares de Argentina y me sería de gran utilidad poder contactarme con gente relacionada a La Ramoncita. Gracias de antemano.
Estoy trabajando en el aula la leyenda cordobesa “La Ramonita”…mis alumnos fascinados con la historia.y yo aprendiendo cada vez más.
En los años 70 Aldo Monjes compuso e interpretó una cancion que nombraba y describía las historia de Ramonita Moreno.Me gustó mucho esa canción.Desearía saber el titulo.
Que buen dato Daniel, nosotros no lo tenemos. Si sabés mas de la canción esctibinos.
Ese tema es un vals y se llama Aquellos Cordobeses… y es dedicado a varios personajes de Córdoba de antaño… entre ellos esta Ramonita Moreno… en si es un Temazo…
AQUELLOS CORDOBESES
“Voy andar por tu senda mi dulce y linda Córdoba llevando en mi guitarra tu asento pasional, adormecidos en bares el fuelle de Ciriaco, rondando tus balcones segunda seccional. Retrocediendo el tiempo allá en el B° Güemes, Ramonita Moreno la niña angelical, que por celos infundados de alguien q la amaba troncho su vida pura en el viejo abrojal. La sangre de la luna refleja en el suquía volviendo a un tiempo que no quiero olvidar, Julio Ceballos Abbaca, Cabeza Colorada arrebatando noches para serenatear. Piropos mil piropos, y la noche escuchando a Don Jardín Florido, de flor en el ojal. Ciriaco Ortiz el viejo, sentado en su boliche aguantando los clientes allá en la calle Alvear… Repican las campanas cerca del calicanto, y la imaginería del dicho popular, y aquel viejito ciego com flauta y con guitarra paseando valsesitos por toda ciudad. Retrocediendo el tiempo allá en el B° Güemes, Ramonita Moreno la niña angelical, que por celos infundados de alguien q la amaba troncho su vida pura en el viejo abrojal”
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