Se trata de un programa de reconocimiento y capacitación para informantes y guías de la provincia, orientado a revalorizar el área norte a partir de la inauguración del Centro de Interpretación e Información Turística estratégicamente ubicado en la vera del Camino Real en la misma puerta de la estancia jesuítica Caroya. “la idea es que todos los informantes conozcan lo nuevo que se está haciendo. Primero, que conozcan el Centro Turístico Legado Jesuítico Camino Real, segundo, que conozcan el Centro de Información Turística nuevo que tiene el parque del Cerro Colorado. A partir de estos centros se pueden lograr y aportar muchas ideas, ver la realidad bien de cerca y qué es lo que se necesita. Estamos trabajando en conjunto con Ambiente y Cultura” destacó Norma Misaña, responsable del área de información turística de la ACT y coordinadora de este programa tendiente a capacitar y relevar todos y cada uno de los hitos que, a lo largo de este importante corredor de 200 km, se encuentran en el norte cordobés.
El recorrido intenta poner de manifiesto la combinación armoniosa y sinergica que conjugan el hombre y la naturaleza en todas sus dimensiones: el hombre primer dueño de estas tierras con sus expresiones artísticas que deja huellas indelebles de sus sentires, pasiones y dolores; el hombre en su busca evangelizadora con los cimientos de la fe y el hombre en lucha con el hombre por la independencia. Todo junto para que el turista tenga la posibilidad de reflexionar desde la raíz.
El viaje, llevado a cabo el 14 de setiembre comandado por Misaña, estuvo integrado por informantes y guías de turismo pertenecientes a la Agencia Córdoba Turismo y la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Córdoba.“Partimos rumbo al origen de los orígenes; las huellas de nuestros nativos, que se presentan en el imponente marco del Cerro Colorado. Allí nos recibió Mario, el informante de la Agencia Córdoba Turismo que orgulloso desempeña su función en la flamante oficina de informes inaugurada el pasado mes de mayo, luego “Don Kiko” un avezado guía vaqueano de sitio que se encargó de transmitir desde lo más profundo de su corazón el cómo y el porqué de cada una de las pictografías” aportó Kuki Peralta, informante de la Dirección de Turismo, Municipalidad de Córdoba.
Luego, un emprendimiento sorprendente logra cerrar la idea de la vida de una familia comenchingona, la representación de “La casa pozo”. Ingresar a ella sumerge indefectiblemente a cinco siglos atrás. Al salir el tiempo se detiene en otra era, la de la pulpería, piso de tierra, latas viejas, luces tenues que reviven, al decir de su dueño, cada sábado por la noche con el sonar de alguna guitarra que, seguramente recordará el pasado de Don Ata, cuya huella se huele y se siente en cada una de las callecitas del Cerro y ni que hablar cuando la visita se completa al llegar a su querencia, como le gustaba llamar a su casa.
El regreso contó con un plus al llegar a Colonia Caroya, se visitó al establecimiento Chacra de Luna, un espacio detenido en el tiempo de los gringos laboriosos que llegaron de Italia decididos a sellar sus tradiciones en estas fértiles tierras norteñas.